30.3.10

ssshhhhh

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(escucha)

20.3.10

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ayer llegamos pronto, al rugir de los mares, un pájaro planeaba tranquilo círculos en el cielo limpio. la señora gregoria entre ollas llenaba de olores la casa enorme hecha de recodos y crujidos. buscamos el lugar exacto donde empezó todo y volvieron a brotar unas flores rojas innombrables por las rendijas. el tiempo en este pueblo nunca tuvo prisa. la cara de la gente es eterna. el exterior frondoso de verdes lleva siglos macerando historias en silencio puro. por eso la gente sabe mirar así y por eso nosotros parecemos unos extranjeros a los que nadie ha enseñado la verdad de las cosas. Hubo un tiempo en que tú si sabías hacerlo, antes de que yo te arrancara corriendo las raíces del suelo para llevarte de aquí allá tú siempre tan preciosa y tan callada siguiéndome, lo sabías todo y esperabas. Pasaste desiertos ciudades enfermas ríos niños relaciones exquisitamente extrañas enfermedades tormentas escupitajos y fuiste perdiendo el idioma del pueblo y ganando cucarachas ceniceros luces de neón carreteras, a cambio aprendiste a cantar como si fueras la misma vida y a pesar de todas las cosas al final del día nunca te olvidaste de cojerme al vuelo para que yo pudiese regresar siempre a una casa, como los niños. tú has sido tu casa y la mía. Llegamos increíblemente lejos con todos esos nombres importantes que a ti te daban lo mismo y lo único que pedías era que cuando fuéramos como somos ahora y el mundo ya no fuese nuestro volviéramos aquí, con la señora gregoria que jamás se ha muerto y el plañir de las olas. querías hacer brotar otra vez flores rojas a través de las piedras antes de morirte. y sigues exactamente igual de hermosa que el día que te encontré y no pude otra cosa que llevarte conmigo

11.3.10

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necesito más mujeres, todas,
con sus gritos con su inmensidad de ola
la historia a lomos de una bestia roja,
que vengan
enteras, vacías, manchadas de barro
y enciendan estrellas
y yo
sepa encontrar al fin algo de calma
apaciguar montañas, cicatrices,
que sean
que crezca la yerba
y yo
pueda reconocerme al fin en ellas



imagen: yves klein

4.3.10

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si pudiera salir de este mar
y los niños girasen
sin nombre ni sombras
en algún momento entre mis manos
de arena cálida y aquellos ojos sin sentido,
dejaría quizá de recordar el vacío,
aprendimos que el frío habita las palabras sencillas
por eso nos sorprende,
hay que saber tantos lenguajes para llegar a comprender
que nada es lo que parece
y por eso es hermoso
perfectísimas perlas forman este miedo ,
tenía que haberlo previsto:
cuando estalle la ecuación
nos sentiremos perdidos, olvidaremos
que la piel es una casualidad
los pensamientos redacciones de colegio
de las que no llegamos a estar satisfechos,
si pudiera
dejaría de llorar
cuando veo un caballo corriendo libre dentro del viento
contaría los síes que vendí a un precio ridículo,
y las pocas islas en las que merece la pena perderse,
después de deshacernos de la antigua armadura
seríamos un rato libres
y compraríamos otra, más ajustada al tiempo
para poder quitárnosla
más adelante