derrepente un abismo que no entiendo
y se ponen a temblar los cimientos
de los castillos
que construimos en el aire.
derrepente un silencio que no entiendo
se transforma en navaja
que desgaja
la espontaneidad
de los costados menguantes de la risa
y los convierte en puzzle,
derrepente un dolor que quizá antiguo
desempolvamos hasta dejar de estreno
clavado en la incertidumbre
al son en que la duda deja
de parecernos
tan apetecible.
derrepente el verano
hinchándonos las venas,
derrepente tus manos
formando una trinchera,
derrepente el milagro
de olvidarlo todo
y volver a ser agua transparente.
derrepente lo humano.
el volcán. el deshielo.
derrepente una jaula,
un ladrón, cuatro armas,
y algo de nostalgia del invierno y las bufandas
capaces de evocar tu cuerpo cada madrugada
con su olor de vuelta
a casa en el metro.
4 comentarios:
Lo del Metro me ha recordado un montón de cosas...
Ya se pueden ver y comentar las fotos en:
http://elclubdelospoetastuertos.blogspot.es/
olor... en los pliegues de la propia piel... ¿ves? eso no lo hace lady octopusy
Mi dulce Isa, eres transparente como el agua, eres agua. La vida tiene eso saltos que parecen cataratas pero que en realidad son solo pequeños saltos. Se solucionan con: un, dos y .....
uuffff,
echaba de menos estos
textos tan tuyos.
Publicar un comentario